Todo el mundo proclamaba tu sabiduria
mientras yo de pena agonizaba
unto al unico ser que comprendia
el terrible mal que me aquejaba.

A mi hermano y a mi nos dijeron
tranquilos, de dios ha sido voluntad
pero a mi esas palabras me produjeron
solo un odio para aquella maldita deidad.

DESGRACIADO, PERRO, MALPARIDO
con palabras quize desfogar
el sentimiento de haber perdido
a los dos que me supieron amar

Tranquilizarme quisieron todos
mas en fiera me converti
abalanzandome contra el cura
que intento interceder por ti

El muy infeliz me dijo
"dios obra en formas misteriosas"
pero si algo es seguro hijo
es que el por algo hace las cosas.

Aquellas palabras me clavaron
una daga candente en mi pecho
y es que por un capricho divino
mi mundo estaba deshecho.

sin fuerza ya en mi garganta
no me quedo mas que aceptar
que ante la ausencia de mis padres
ya no podia mas que aguantar.

Desde entonces a mi hermano
he dado comida y techo
y un amor incondicional
que es mas grande que el mismo cielo.

Pero eun en las noches de tormenta
recuerdo aquel momento gris
en que mi vida fue marcada
con el mas oscuro matiz.

Y solo me queda esperar
a que mi vida se termine
para poderme plantar
frente al que solo se define.

Y podre reclamarle al perro
y escupirle directo a la cara
por haberme arrebatado
lo que yo mas adoraba.

No importa que me pudra en el infierno
si con eso sano la herida
que produjo aquel ente soberbio
en mi corazon que rebozaba de alegria.

El amor esta en la familia
y no en aquel dios demoniaco
que mato la pasion de mi vida
cuando solo tenia doce años.

Por Ricardo Arronte.

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