PENSADOR

Las luchas religiosas.
Extraído de: http://www.arpegios.com/16a.htm

 
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Los pueblos primitivos comienzan a desarrollar su cultura partiendo del no-conocimiento. No tienen la menor idea de técnicas, experimentos, fórmulas ni conceptos. Sus esquemas artísticos, científicos, políticos y religiosos son rudimentarios.

Al principio, todos los aspectos de la cultura se encuentran mezclados y supeditados al mecanismo de las necesidades de la tribu o grupo social. El mantener la cohesión o el “orden” del conjunto era una cuestión vital, imprescindible, para la subsistencia material. De esta necesidad es que brotan las categorías sociales, la diversificación en lo laboral y todo lo que pudiéramos llamar “gobierno” o “política”, que da lugar a las leyes, acuerdos, costumbres, tabués, supersticiones, etc. (Los tabúes y las supersticiones también nos gobiernan).

Poco a poco, los asentamientos humanos van adquiriendo formas más avanzadas de todo tipo y mayor dominio del medio ecológico.

Surgen los mitos con la intención de explicar el Universo y cada pueblo entrega su aporte al pensar mágico, en una maravillosa gama de fantasías y creencias. De este proceso se van inaugurando las diferentes religiones. Todas tienen una misma base, a la vez que todas son diferentes porque provienen de distintos pueblos. Todas son, pues, verdaderas, auténticas, como proyecciones humanas.

Queda dicho: las religiones provienen del pensamiento mágico primitivo. La Mente del hombre no se detiene ahí, y al ir desarrollando su capacidad de razonar, que es la más alta facultad de que hemos sido dotados, se empeña en utilizar esa capacidad en apoyo de costumbres, doctrinas y creencias de sus antepasados, dando lugar a las tradiciones, que son obligaciones impuestas por la sociedad.

Las nuevas generaciones que van surgiendo quieren liberarse de todos esos arrastres del pasado para poder realizar sus propios fines. Aunque se produce una fricción entre los conservadurismos y las nuevas ideas, esas luchas suelen ser cívicas, racionales y serenas, como cuando se hizo resistencia a los “sueños” de Cristóbal Colón para emprender la búsqueda de las Islas de las Especias.

Otros navegantes también tuvieron que convencer, como Magallanes, pero nada pudo impedir que llegaran a realizarse las grandes aventuras que culminaron en descubrimientos geográficos. Ese es el ímpetu, la fuerza del progreso.

No todas las luchas son de esa categoría. Las luchas sociales por el poder político y económico son cruentas y conducen a la guerra. Y… ¡lo que parece increíble!, las luchas religiosas, cuando llegan a desatarse plenamente, son mucho más violentas porque están arraigadas en fanatismos irracionales que no pueden ser extirpados, como sí pueden ser dominados territorios, o cambiados reyes y sistemas de gobierno. Las guerras religiosas no sólo son mucho más terribles, sino también más estúpidas.

Judíos contra musulmanes… católicos contra protestantes…

¡Y cuántos antagonismos puede provocar un solo libro! ¿Cómo es posible aceptar que un libro sea dictado o inspirado por Dios, y, luego, cada secta pueda interpretarlo a su modo, creando confusión y discordia? ¿Cabría pensar que Dios lo dictó, intencionadamente, para que los hombres discreparan y se destruyesen unos a otros?

¿Por qué aferrarse a la letra muerta de un escrito, en vez de abrir la Mente a la iluminación de lo espiritual? Cada ciclo humano queda marcado, no podemos ni debemos vivir en el pasado.

¡Y qué decir de las imágenes! ¿Cómo es posible caer de rodillas ante una pintura, o ante un ícono, que son objetos materiales?

Además, ¿por qué Dios habría de solicitar la humillación de los hombres? El hombre NO SABE nada acerca de Dios. Ni siquiera si tiene un propósito.

Y… ¿qué podría significar un templo, ni miles de templos, para el dueño del Universo?

Todos estamos inmersos en este Cosmos, con una inquietud, con una búsqueda, con una esperanza… Aspiramos, queremos, anhelamos, que nuestra Vida no sea infructuosa.


Extraído de: http://www.arpegios.com/16a.htm

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ESTUDIO ATEO
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Esta página ha sido actualizada el 7 Mayo, 2003